Perdón
Perdono de corazón y enriquezco todas mis relaciones personales.
No se me ocurriría llevar un morral pesado lleno de cosas que no necesito y no puedo usar. Ni tampoco llevar la pesada carga del rencor. El perdón es posible cuando actúo partiendo del espíritu de Dios en mí. Si es aconsejable, puedo hablar con alguien directamente o escribirle una nota, dándonos así la oportunidad de renovar nuestra relación personal. Si la otra persona no está dispuesta a hacerlo, mi deseo de hacerlo me proporciona un alivio instantáneo.
Si por alguna razón el contacto no es apropiado o seguro, perdono calladamente en mi corazón. El espíritu de Dios en mí es mayor que cualquier desacuerdo. Mi corazón se calma y mi carga se disipa gracias al perdón.
A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos.—Juan 20:23
Fuente:
http://unity.unityenlinea.org/publicaciones/laPalabra/readLaPalabra.html
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